anniedela.graba@gmail.com – IG @anniedela.graba – Cel. +56982258330
Quien pensaría que en la cresta de la ola de las redes sociales y de la vida que pasa a través de un cable de fibra óptica o del wifi aún quedan nostálgicos/as que siguen trabajando de manera artesanal, y no por ello la calidad de su labor diaria sea inferior, sino todo lo contrario, éstas personas terminan haciendo tareas tan específicas, únicas e irrepetibles que son como un diamante en medio del barro. Este es el caso de Daniela Sandoval Alquinta, Licenciada en Artes Visuales y en Educación con especialización en el área del grabado quien desarrolla técnicas como xilografía, serigrafía, huecograbado, hayter y colagrafía.
UN POCO DE HISTORIA
La xilografía tiene sus orígenes históricos en Occidente se remontan al siglo XIII. Es la técnica más antigua de impresión y la gran responsable de prácticamente la totalidad de la transmisión del conocimiento lúdico, científico o religioso hasta bien entrado el Renacimiento. Es una técnica de impresión en relieve realizada sobre una matriz de madera
Al Huecograbado se le puede llamar también calcografía, es un grabado hecho en bronce o cobre; el dibujo va en negativo e invertido en espejo. Su uso es bastante antiguo en reproducciones de papel en Europa en el siglo XV.
Para llevar a cabo este trabajo, se utilizan matrices metálicas (en el caso de Daniela, en cobre) que se graban químicamente por acción del ácido.
Se debe cubrir o proteger la plancha por completo, para luego con la acción de una punta seca ir descubriendo el barniz protector, para exponer así el metal. Sumergiendo la plancha en un baño de ácido donde este “muerde” el metal expuesto fijando la imagen en la matriz. Es así como en un bajo relieve, la tinta se aloja en los surcos de la matriz y esta se estampa al presionar papel previamente humedecido en acción con la prensa.
Esta impresión, tiene a su vez tiene muchas variaciones, se pueden utilizar técnicas directas como la puntaseca produciendo incisiones que retienen la tinta, o técnicas indirectas como el aguafuerte usado para obtener resultados lineales y aguatinta desarrollada para obtener valores tonales.
AMOR AL ARTE
Daniela Sandoval Alquinta es quien le da vida a “Anniedela”, un espacio creado por ella misma, para desarrollar sus aspiraciones y sueños: “Fui aprendiz de la Grabadora Valdiviana Gabriela Guzmán Caracotch, en el taller de grabado de la Universidad Austral de Chile del 2013 al 2017. Al ser formada en las áreas del arte y la educación, trato de conjugar un estilo que reconozca y posicione las prácticas de ambos mundos; rescatando el quehacer artístico en el proceso taller y en una educación que accione y construya desde los individuos. Crear contextos particulares, pues en las particularidades radica la diferencia” comenta la artista oriunda de Purranque, pero radicada en Puerto Varas.
Para Daniela, sus memorias de infancia le recuerdan que el arte ha estado con ella desde siempre. “Creo recordar que mis primeras manifestaciones artísticas fueron impulsadas por mi mamá quién nos cubría el piso de la cocina con diarios y revistas viejas para que con mi hermana melliza pasáramos el día pintando y manchando por todas partes. Este recuerdo lo atesoro porque admiro mucho su imaginación, pues viviendo en un departamento con espacios limitados con dos pequeñas dando vueltas por todas partes, no debe haber sido fácil” comenta con añoranza. En sus tiempos libres, le gusta leer, bailar y su pasión más oculta es el escribir: “Me gusta registrar mis ideas, sueños e incluso juntar las palabras intentando hacer poesía”.
Hoy, dedicada a la legendaria técnica del huecograbado; esta artista sueña en grande. Pero ¿Qué la llevó a trabajar esta técnica ancestral? La respuesta hay que encontrarla varias décadas atrás: “Desde pequeña he pintado acuarelas y óleos, y entré a estudiar Artes Visuales con el sueño de convertirme en una gran pintora de óleo gigantes, pero siempre hubo algo en la pintura que no me convencía del todo, y era este sentimiento de ser una técnica más bien solitaria. Cuando conocí el taller de grabado y entré por primera vez a este espacio, supe que jamás me quería ir de ese lugar. Recuerdo que había personas en el cuarto de ácidos y otras en el cuarto de serigrafía y tenían un gran mesón en el que cada estudiante estaba creando su propia obra; pero en un espacio de interacción en el que la energía se movía constantemente y eso lo podía sentir cualquiera que hubiese estado allí. Si necesitabas ayuda había alguien, siempre había alguien. Finalmente, cuando pude ocupar una de las sillas del gran mesón del taller de grabado me di cuenta de que era mi lugar, un lugar donde las horas pasaban y el tiempo se detenía, yo quería seguir experimentando y nos pasábamos los días ahí, recuerdo que nos prestábamos los materiales, compartíamos nuestras ideas y también nuestros fracasos artísticos”.
Para Daniela la impresión en grabado es todo un mundo, es un campo dinámico y cambiante, en cada nueva impresión, hay muchas decisiones y opciones: “Creo que es eso lo que más me atrae. Es una narrativa visual que documenta el proceso, con múltiples oportunidades creativas en las que el diálogo se mueve entre las ideas y la intervención de la matriz. Como decía Vincent Van Gogh, se siembra un solo dibujo y se cosechan muchos.”
Un trabajo tan peculiar necesariamente debe tener un mentor, un referente, una inspiración, y para Daniela, el suyo es Nemesio Antúnez: “Él fue quien promovió en toda su trayectoria el trabajo colectivo, generando un espacio de discusión artística, un espíritu del trabajo en común, entre el intercambio entre artistas. Sin dudas construyó un lugar para la historia y memoria colectiva del grabado en Chile. Y de alguna forma me he sentido conectada con sus raíces, protegida bajo su alero, ya que su legado ha sido vivido en su quehacer artístico y en su calidad humana, en muchas personas y en especial en la mujer que más admiro y agradezco haber conocido. A quien recuerdo como la pionera en mi inserción en el grabado, la Maestra, artista y grabadora Gabriela Guzmán Caracotch.”
NADA ES CASUALIDAD
“Anniedela” nace por el año 2016, como un seudónimo artístico. “En la universidad en alguna clase me hablaron de los Dadá y como en una bolsa colocaban palabras para ir formando al azar poemas, fue así como en una cajita coloqué las letras de mi nombre y después de varios intentos nació Anniedela. Mientras que como plataforma de venta fue recién en agosto del 2020 en plena Pandemia, luego de adquirir la majestuosa prensa de grabado en verde turquesa, construida en 1986 por el escultor Ramiro Leal, acompañando a su primera dueña, Gabriela G.C desde el 86 hasta el 2020, quién en mayo del presente año me permite continuar con su patrimonio”.
Es así como desde el año pasado, Daniela centró sus esfuerzos en adaptar un espacio y convertirlo en un taller, luego abrió su cuenta de Instagram en donde comparte sus trabajos, pensamientos y arte.
Vale aclarar que no hace trabajos a pedido porque su objetivo principal no es vender: “Pero si vendo los grabados que hecho y si alguien logra conectar con eso yo me quedo feliz, pues mi objetivo es más bien que conozcan los rincones de mi mente más profundos, y adquieran un poco de mí. La mayoría de mis grabados están conectados internamente conmigo misma, como mencionaba antes Anniedela visualiza lo que quiero expresar, por ejemplo, en la obra ´sol que se oculta en la tierra´ se presenta como una obra para los amantes del otoño (ojalá mis días se detuvieran en esta época del año) presentando a la huella como la presencia ausente y a la fragilidad como acto de resistencia. Es una obra construida con el traspaso de hojas coleccionadas en mis otoños vividos y ahora en los otoños que comparto con mi amado Gonzalo”.
Daniela sueña con tener un espacio taller en una casa grande en que el que puedan estar todas las máquinas necesarias para echar andar un laboratorio de arte, en el que puedan reunirse varios artistas y generar espacios de dialogo. “Necesitamos crear espacios y compartirlos, un lugar que aloje las ideas y nos permita crear sin tener que pensar en arriendos o en ventas. Me gustaría perfeccionarme y tener una galería de arte, cercana al público en el que pudieran transitar y observar el quehacer artístico de diferentes artistas, desde una vereda más cercana y en definitiva mantener un lugar que rescate al arte como una tradición, una técnica, un hacer”.
Trabajar con máquinas tan voluminosas y pesadas en pleno siglo XXI no debe ser fácil, y por eso Daniela nos compartió una anécdota bastante peculiar: “Un tema muy complicado fue subir la prensa al lugar donde quería que esté. Y es que cuando decidí que quería armar mi taller en el E302 todo eso fue un caos, desde subir la prensa en el ascensor hasta quedar atascada porque no entraba en la puerta. Cuando decidimos sacar la puerta de entrada y la prensa ingresó con toda su majestuosidad (les juró que en mi cabeza sonaba I want to break free) jamás pensé que se venia lo más difícil, que entrará por el pasillo hasta el dormitorio que decidimos dejar como taller. Yo estaba un poco como en shock porque quería que entrara como fuera y solo escuché a mi papá decir: ´Bueno tendremos que montar el taller en el living´ y muchas risas de fondo. Todos estaban esperando que yo dijera algo o incluso que me rindiera, pues no había forma de que entrase. No se como ni en qué momento, pero gracias a la ayuda infinita de mi papá y de Edgard, un gran amigo, la prensa estaba dentro.”