Crónicas de un Puertovarino a pie: Octubre

Texto por: Seba Schirmer L. – Ilustración: Kipper Art (Rafael Angulo) @kipper_art

Pasó el septiembre y ya la decoración patriota va desapareciendo lentamente de las casas y calles. Pero se acerca Halloween (o All Hallow’s Eve para los puristas) y los supermercados y Aliexpress se llenan de decoración china barata lista para decorar patios y casas. Hace unos días comentaba con mi pareja el que probablemente seamos uno de los países top en compras en Aliexpress. Si uno ve las calificaciones y comentarios de las compras siempre encuentras rusos, brasileros y, era que no, chilenos. La plataforma china es la versión patria de Amazon, surtiéndonos desde galletas de ilegible contenido hasta tecnología de vanguardia. Precios bajos, últimamente tiempos de envío decente, calidad decente (para el precio, no puedes pedirles mucho a cosas que valen un par de dólares) lo hacen irresistible, especialmente para esas cosas pequeñas y extrañas. La magia de la globalización, pero ¿la huella de carbono? Alta. ¿Las condiciones laborales de las fábricas? Mediocres a malas. ¿Materiales reciclables o reciclados? Pocos. Lo malo de esta asequibilidad y accesibilidad a tantas cosas de baja calidad y precio es lo desechable de las mismas. ¿Arreglar un aparato que costó 5 dólares? Mejor compro otro, salé infinitamente más barato…al corto plazo. El arreglar las cosas quizás nos signifique un mayor costo al corto plazo, pero a la larga estamos ahorrando en la salud de nuestros hijos y nietos, ahogados en mares de plásticos no reciclables y metales que permean el suelo. Si, compremos cosas en China, al fin mejoran nuestra calidad de vida, pero seamos conscientes de que no son desechables, lo que ahorras al comprarlo inviértelo en arreglarlo, aunque muchas veces no es fácil por la calidad de los materiales, o porque derechamente abrirlo implica romperlos. Disfrutemos nuestros dulces de contenido ilegible y adornemos nuestra casa con calabazas hechas en China, pero cuidemos de reutilizar y reciclar para no hacer realidad las pesadillas de Halloween.