Por: Raffaele Di Biase
Embajador de la Asociación Mundial de Turismo Aventura
Presidente PTI Ruta de los Parques de la Patagonia
A 18 meses del inicio de la peor crisis que ha vivido el sector turismo comenzamos a ver, con cautela y mesura, las primeras luces que nos indican un posible y lento camino hacia la reactivación de las actividades ligadas a esta importante matriz productiva. La pandemia nos ha intentado enseñar muchas cosas durante este tiempo, mensajes que debemos tener en cuenta y que nos llaman a resignificar esta actividad económica. No será sólo el turismo que deberá encontrar nuevos caminos que permitan transformar un sector potencialmente virtuoso en una industria que realmente tenga un impacto regenerativo para nuestro entorno y sus comunidades. Este camino deberá ser transitado por todos los sectores productivos, con la presión que significa una crisis climática, la pérdida de biodiversidad y los desafíos sociales que claramente deberán ser considerados y atendidos por todos los sectores económicos del país y claro está, de nuestra región, cuenca y comuna.
Con esta tarea pendiente, nuestro sector se apresta a celebrar el día mundial del turismo. Con la esperanza de una recuperación que permanece parcialmente frenada por el cierre de las fronteras para ingreso de visitantes extranjeros. Con el fantasma de un eventual repunte de la variante delta, y con la certeza más que nunca que queda aún mucho trabajo por hacer para que las autoridades y el Estado de Chile reconozcan la particularidad, la variedad y el potencial regenerativo a escala social, económica y ambiental que tiene el turismo. La puesta en valor de este potencial de sostenibilidad no es sólo un desafío público, sino que también privado. La generación de nuevos pilares fundacionales de la actividad debe partir desde la colaboración horizontal entre el sector privado y público, entendiendo que regresar al pasado para proyectar el presente y el futuro sería un grave error. La buena noticia viene desde los aires de cambio que ha traído la política, con una administración municipal que en Puerto Varas se proyecta con un equipo joven y preparado, consciente de la realidad y que tiene muy claro que la sostenibilidad debe ser el paraguas bajo el cual los sectores económicos deberán proyectar su presente y futuro. La Zoit de la Cuenca del Lago Llanquihue llega en un momento clave para nuestra comuna y el macroterritorio cuenca donde los desafíos ambientales y sociales deberán ser parte fundamental sobre los que construir un turismo que sea realmente regenerativo, de triple impacto (social, ambiental y económico), con escalas de medición, estadísticas verificables y una proyección responsable co-construida de forma colaborativa con nuestras comunidades y bajo parámetros ineludibles de respeto por nuestros ecosistemas y su biodiversidad, atributos claves desde donde comenzar el trabajo que nos espera. Y ese trabajo ahora más que nunca debe gestarse y desarrollarse como la gran comunidad que somos, una comunidad que recoge las particularidades de su comuna para ponerlas a disposición de un trabajo macroterritorial bajo el alero de la cuenca del Lago Llanquihue reconociendo y reconstruyendo nuestra identidad que navega unida a través de las aguas de nuestro lago.