Este fin de semana la Feria Puerto Varas cumple 2 años, en Frutillar llevan casi 5 años. Conoce su historia, desafíos y motivación.
De acuerdo a un estudio publicado por PPS (Projects for Public Spaces), las ferias y mercados cumplen un rol fundamental para la generación de oportunidades económicas para el ecosistema de emprendimiento; vinculan las economías rurales y urbanas; promueven la renovación del comercio tradicional (el del centro de la ciudad) y el de los barrios; activa los espacios públicos y promueven la salud pública.
Dentro del amplio ecosistema de emprendimiento que se ha articulado en la región de Los Lagos, existen diversos subsistemas que bajo este paraguas generan redes y conectan para diseñar soluciones a sus necesidades y alcanzar sus propósitos. Luego de fundar 70WESTE con la meta inicial de hacer turismo en la ruralidad, notamos las primeras brechas que muchas veces impiden que quienes siempre han vivido fuera de las zonas urbanas sean los protagonistas de su propia historia, y nos volvimos adictos a encontrar estos espacios de oportunidad para contribuir con el desarrollo local.
Gracias al apoyo de amigos y vecinos que nos abrieron las puertas para que nosotros mismos pudiéramos emprender, es que hoy contamos con un pequeño sistema de ferias, que partió hace cinco años en Frutillar y casi dos años en Puerto Varas. Aquí, la articulación ha jugado un rol fundamental, en su capacidad colectiva de transformar espacios y la calidad de vida de las personas.
Desde el inicio de Feria Frutillar, en 2016, con el apoyo de la Municipalidad de Frutillar, departamento de Fomento Productivo mediante Turismo y Prodesal, pudimos comenzar a trabajar con familias campesinas de la comuna que, previo a esta iniciativa, no contaban con un lugar estable para ofrecer sus productos; incluso algunas de ellas no habían tenido la experiencia de vender directamente. Para un micro agricultor es difícil salir de casa: el transporte público rural tiene baja frecuencia y la mayoría de las veces no llega tan cerca de la casa como sucede en la ciudad, la micro no tiene espacio de carga suficiente para llevar la cosecha y contratar un flete es caro (antes ya lo era y ahora más). Todo lo anterior, sin el lugar y la promoción adecuada no asegura que esa familia, esa mujer rural venda todo lo que trae.
Otra brecha, otra oportunidad. ¿Cómo generábamos mayor tracción? Las ferias y mercados son más antiguas que el hilo negro, así que basándonos en experiencias europeas y estadounidenses es que vimos cómo los emprendedores en etapas iniciales de sus negocios corrían un alto riesgo de no salir del «valle de la muerte del emprendimiento» producto del alto costo que se incurre al arrendar un local comercial. Es así que se fueron sumando productores locales de queso, charcutería, pan, productos gourmet y otros que no competían directamente con los productos del campo, si no que todo lo contrario, complementan la oferta y enriquecen la experiencia.
Con estas dos patitas unidas dimos un paso importante en la vinculación urbano-rural, en una ciudad maravillosa como lo es Frutillar, que tiene el tamaño ideal para pilotear iniciativas como esta. Los resultados no se dejaron esperar y este espacio de comercialización se transformó en un punto de encuentro para residentes y visitantes. Lo más lindo es que las “chiquillas” (agricultoras) se encontraron nuevamente, algunas después de años y hoy se ven semanalmente, comparten sus anhelos y también las copuchas 😉
Al avanzar el tiempo nos encontramos con un nuevo desafío: mantener una oferta local, estable a lo largo del año. Cultivar en invierno no es fácil, menos en el sur de Chile. El compromiso de cada una de ellas ha sido fundamental para contar con hortalizas y frutas frescas de temporada todo el año, trabajo que durante la pandemia permitió que la feria siguiera abasteciendo a los caseros, cuando el transporte de frutas y verduras del Norte de vio comprometido.
En Frutillar, junto con la Municipalidad, contamos con aliados que están dispuestos a acompañar este proceso y proyectarlo en el mediano y largo plazo, la Fundación PLADES y la Fundación Teatro del Lago.
Puerto Varas
Al comenzar en 2016 siempre nos planteamos cómo crecer y de qué forma. Para nosotros Puerto Varas siempre una meta que luego de dos años de tocar puertas y buscar nuevos aliados pudimos concretar en diciembre de 2019.
La experiencia frutillarina nos permitió correr más riesgos y en un momento dado decidir que simplemente lo teníamos que hacer. Conocimos a “los Parque”, el equipo detrás de la Fundación Parque Sur y su iniciativa Parque Estación y en quienes encontramos grandes similitudes, especialmente en cómo contribuir al bien común y cómo generar modelos de ingresos que distribuyan el valor percibido. Sin mayor retraso, nos pusimos a trabajar en conjunto, colaborando sin miedos, sin tapujos respecto a lo que queríamos lograr y abriendo nuestras fórmulas sabiendo que de esta forma sólo podíamos obtener un resultado mejor.
Presentamos nuevamente a la Municipalidad y esta vez nos dieron el vamos. Conectamos con Fomento Productivo, Desarrollo Rural, Prodesal y poco a poco fue tomando forma una nueva feria, con emprendedores de la cuenca del lago y alrededores y familias campesinas locales.
Nuevas generaciones en la agricultura familiar
En Frutillar conocimos a Viviana Carrasco, joven mujer rural que cultiva Lillium y Alstromerias desde su casa en la comuna de Río Negro. Ella lidera a Jóvenes Walüng, una agrupación de jóvenes emprendedores rurales que han decidido quedarse o volver a sus hogares para trabajar la tierra con amor y orgullo campesino. Continuamente conversábamos acerca de la dificultad de contar con espacios estables para la comercialización y cómo ella y la agrupación que representa no eran ajenos a esta realidad.
La invitamos a unirse a esta iniciativa en una alianza de colaboración profunda que, a través de las habilidades del equipo de la fundación, las manos campesinas de las nuevas generaciones campesinas y nuestro aprendizaje en postulación y gestión de proyectos han permitido levantar recursos que impactan directamente a Jóvenes Walüng, al mejoramiento de la infraestructura de Galpón Estación (Parque Estación) y la experiencia feria, que a su vez ha permitido nuevas vías de ingreso para la construcción del Parque, mientras Feria Puerto Varas como un todo cuenta con un emplazamiento proyectado en el mediano plazo, así como sus otras iniciativas que de manera simbiótica se benefician de estos avances.
Recuerdos y sueños
Nos guste o no, después de que el tren no llegara más al sur, sus estaciones se volvieron cicatrices dentro de la ciudad o en sus límites. La estación fue por muchos años el límite urbano de Puerto Varas y se vio absorbida por una ciudad que no ha parado de crecer. Si bien ha habido otras iniciativas que buscaron algo similar, hoy se hace imperativa la recuperación, reparación y cuidado de espacios que transformen la forma de vincularnos en ciudades pequeñas.
Hay más estaciones y otros espacios públicos que mediante las alianzas pueden mejorar la calidad de vida de muchas personas desde una perspectiva multidimensional. El parque y las ferias son un buen comienzo y nuestra intención es contribuir a que esto suceda en otros lugares.
Margarita & Enrique
70WESTE