Jóvenes de Frutillar apuestan a carreras Artísticas profesionales

Frutillar ha sido reconocida por la UNESCO como “Ciudad Creativa de la Música”, sumándola al grupo de 30 ciudades en el mundo que destacan por el aporte que las industrias culturales efectúan al desarrollo económico y social de la comunidad. En este contexto, conversamos con jóvenes talentosos que decidieron continuar sus estudios artísticos de forma profesional.

Uno de estos jóvenes, es Leonardo Fuenzalida: “Inicié mi camino en la música vocal en 2009 cuando comencé a participar en el coro de niños de Casa Richter y donde permanecí por 4 años. En 2013, pasé a formar parte del elenco del coro de jóvenes del Teatro del Lago, aunque todo ese tiempo, siempre vi la música como un hobby. Hasta que, en 2015, después de un ensayo junto con el coro, algo me hizo comenzar a pensar y ver la música – y el canto específicamente –  como una alternativa para mi futuro profesional” comenta Leonardo.

Ese mismo año comenzó a tomar clases de canto con quien era su profesora de coro; Maxiel Marchant, y así pudo aprender un poco más de técnica vocal y además prepararse de mejor manera para audicionar en la universidad.

Hoy en día, Leonardo es estudiante de la carrera de Interpretación y Docencia Musical en la Universidad de Talca.

Bajo la misma línea, Ricardo Uribe también cuenta su historia con el mundo de la música y los alcances que ha logrado tener con constancia y dedicación: “Mis ganas de estudiar canto partieron en 2015 en donde si mal no recuerdo, se hizo un concierto en teatro del lago llamado Ópera x3 y en donde participaron 3 cantantes líricos profesionales: Maxiel Marchant (soprano), Sergio Jarlaz (tenor) y Pablo Castillo (barítono) y mi primera reacción al escucharlos fue: ¿De verdad cantan sin amplificación?”

Uribe quedó tan sorprendido y maravillado por el fenómeno de la resonancia, que decidió estudiar canto formalmente: “A mis 15 años de edad, aún era muy pequeño para comenzar a estudiar canto, ya que la voz masculina madura más tarde, y aún no estaba preparada para el trabajo intenso que significa estudiar canto lírico, sin embargo comencé a investigar por mi cuenta acerca de la técnica vocal, intentaba aplicar algunas de las cosas que había investigado sin tener mayores avances, por lo que pasé 3 años estudiando por mi cuenta” agrega.

Pero en 2018 comenzó a tomar clases con Maxiel Marchant: “Todo fue gracias a una beca que financió la Municipalidad de Frutillar, logrando grandes avances en cuanto a técnica y conocimiento de mi voz. Luego en el año 2019 ingresé al Conservatorio de Música y Bellas Artes del Sur en Puerto Varas. Esta vez financiado por mis padres, aunque seguía tomando clases con Maxiel, y el conservatorio me complementaba con conocimientos teóricos de música, además de clases de piano, y charlas de historia musical. De esta manera me preparé para la audición de ingreso a la carrera de Licenciatura en Interpretación y Formación Musical Especializada de la Universidad de Talca en la cual me encuentro estudiando actualmente.”

Como Leonardo y Ricardo, hay cientos de jóvenes que aspiran a poder continuar sus estudios en otros puntos de Chile, e inclusive en el exterior; por lo que es fundamental que los espacios en los que se desarrollen, cuenten con las herramientas necesarias para poder pulir sus talentos y prepararlos para carreras artísticas profesionales.

Gabriel Bayer, es otro ejemplo de esmero, dedicación y proyección: “Empecé a nutrirme musicalmente a los 13 años, pasando por el coro de jóvenes del teatro del lago, aunque antes de eso era autodidacta. He estado en el coro 4 años y éste último año me apunté a clases particulares de canto con Maxiel Marchant, que también es directora de los coros de jóvenes, niños y adultos de la Municipalidad de Frutillar.”

Casualmente la semana pasada, Gabriel dio una audición ante el Instituto Profesional ProJazz en Santiago en donde quedó seleccionado. Vale destacar que también ganó el primer lugar en la competencia del Festival del Salmón de Oro de Puerto Octay y que sueña con ser un cantante de renombre mundial.

En este sentido, las instancias – y los espacios – que se generan en torno al arte, la cultura y la música son fundamentales.