La amabilidad comienza con nosotros

Por: Milagros Rojas – IG @prof.milagrosrojas

Cuando llegué a este país, a Puerto Varas, estuve muchos días andando de aquí para allá con la intención de conocer y familiarizarme con el lugar donde me tocaría vivir. Recuerdo que llamó mi atención un cartel que invitaba a asistir a unos eventos sobre la Amabilidad, nunca había escuchado sobre este tema en una charla o seminario. Generalmente, los temas más cotidianos habían sido la felicidad, el perdón, los miedos, el duelo entre otros. En ese momento el tema de las jornadas llamó mi atención porque consideraba la amabilidad como un acto producto de la formación recibida: nuestros padres, cuidadores y maestros nos enseñaban a decir «gracias», «por favor», «con permiso» y a saludar cordialmente. El uso de estas expresiones era entendido como sinónimo de educación, respeto y amabilidad.

A tres años de esta anécdota, encuentro que he modificado mis pensamientos al respecto. Creo que una pequeña parte de la amabilidad que mostramos tiene que ver con la educación que recibimos cuando éramos niños, pero otra, la más importante, tiene que ver con nuestro Ser y por lo tanto es una expresión de él.

Una persona amable tiene diversas definiciones, pero hay una que quiero resaltar:  «es aquel ser digno de ser amado» (1) Esta descripción connota un merecimiento que indudablemente, nos responsabiliza de ello. Culturalmente hemos manejado la creencia de que el dar a los otros, determinará lo que recibiremos de ellos. Y bajo este pensamiento buena parte de la vida se nos va en el hacer y el dar para ser aprobados, aceptados o queridos, tal vez en el fondo, queremos ser dignos de ser amados (amables).

Una nueva corriente de pensamientos nos ha colocado en una responsabilidad diferente: comencemos por darnos a nosotros mismos. Pero debemos comprender que ese darnos, no es convertirse en seres egoístas. Consiste en permitirnos el espacio y el tiempo para el autoconocimiento, sin dejar de lado la interacción con los demás. Saber quiénes somos, entender nuestros límites y respetarlos, reconocer nuestros miedos sin juzgarnos, son algunas de las formas con las que podemos demostrar auto amabilidad. Comencemos en algún momento esta práctica y seguramente, ésta se extenderá hacia los demás. La amabilidad se convertirá en la forma natural y espontánea de tratarnos.

 

REFERENCIAS:

 

  1. Rae.es. [citado el 31 de julio de 2021]. Disponible en: https://dle.rae.es/amable