IG @ciadondesea
Sobre un escenario o en un aula. Esos son los lugares más probables en donde se puede encontrar a Manuel Jaramillo Paredes, un puertomontino que desde muy temprana edad supo que quería dedicarse a las artes escénicas y a enseñar.
“Estudiaba en el Colegio Salesiano de Puerto Montt, en donde llegó Teresa Peñaloza con su esposo a formar un conjunto folklórico y yo fui convocado al elenco de bailarines, ya que tenía la base de bailar cueca cuando era más chico. Con el pasar de los años, fui sumando horas y horas a cada práctica y mi profesora fue la primera que percibió que debía dedicarme a la danza de forma profesional” recuerda Manuel con alegría.
Por aquellos tiempos, se realizaba cada año la Semana de la Danza y fue allí donde a los 15 años Manuel tuvo una revelación, observando un número unipersonal de la compañía Danza Espiral que se titulaba Mandinga: “Esto es lo que quiero hacer. Esto es lo que quiero bailar y lograr” se dijo a sí mismo y en su examen de egreso como bailarín profesional lo materializó, como una forma de cerrar un ciclo e iniciar otro.
UN LARGO ANDAR
Si bien Manuel es Licenciado en Danza y Pedagogía en Danza, constantemente de encuentra en un proceso formativo y de crecimiento. Cuenta con numerosos cursos y talleres de interpretación, gestión cultural, teatro y diplomados de perfeccionamiento además de un magister en educación y una maestría profesional en danza, como así también intensivos autogestionados en Chile, Brasil, Argentina y México.
En paralelo, se nutre de las experiencias en las que participa y en su propio proceso de investigación de la danza, así también como participante en otros proyectos como invitado.
En este sentido, este artista comenta que ha sido fundamental el apoyo de sus cercanos: “Mi familia siempre ha estado presente, mi mamá, mi papá, hermanos, sobrinos y por supuesto a quienes llamo mi familia extendida que son mis amigos y colegas. También muchas instituciones han confiado en mi trabajo y capacidades, por lo que estoy siempre agradecido.”
Para este artista, la danza es su segunda respiración: “Es mi autorrealización, mi trabajo, mi cable a tierra, el lugar desde donde veo lo tangible y navego lo intangible. La Danza ha salvado mi vida, es mi lugar seguro y por lo mismo; me dedico 100% a ella.”
En cuanto a los últimos tiempos, con la pandemia Manuel ha hecho una transformación que a su vez fue adaptando y compatibilizándolo con las nuevas formas como la virtualidad: “Antes de la pandemia, trabajaba como dicente en varios lugares, daba clases y talleres; lo que de alguna forma he continuado, pero en formato virtual. Mi lado docente es un gran universo muy diverso, he trabajado con jóvenes hasta adultos mayores” comenta.
Además, como a todos los artistas la pandemia lo llevó a un proceso de introspección profundo, que el mismo califica como una “montaña rusa, de la que aún no me bajo”. Para Manuel, la danza ha sido vital para poder sobrellevar la situación: “En abril de 2021 falleció mi mamá, lo que conllevó a pasar por todo un proceso, que inclusive me llevó a preparar mi próxima obra de gran formato, que llevará su nombre.”
HITOS Y PROYECTOS
Cabe destacar que una de sus obras más destacadas se titula “Sangre Sucia”, que ha recorrido varios escenarios con gran éxito. Pero claro está, a lo largo de su vida ha pasado por varios hitos importantes: “Desde hacer Jesucristo Superstar a los 9 años, bailar cueca, danza nortina, recorrer la Isla Huar, Chaitén, Santiago y muchísimos otros lugares. Haber bailado con tantas personas, creadores del país y de otros países, compañeros de los que he aprendido mucho.”
Fue destacado como uno de los 50 jóvenes líderes de la región en 2019, se adjudicó varios Fondart y editó su propio libro “Danza en la Escuela” que fue ampliamente reconocido.
Actualmente trabaja en su próxima obra “Eloísa”, que espera poder llevarla a los escenarios en breve, mientras continúa formándose y extendiendo su danza a otros territorios con una beca que se adjudicó. Inmerso además en un proyecto de investigación para realizar una radiografía de quienes multiplican la danza en Chile y encaminan a las personas al mundo profesional. A ello se le suma otro proyecto en Concepción e impartir clases en Arica.
Para finalizar la nota, invita a quienes quieran seguir el camino de las artes escénicas a seguir sus sueños, estudiar, ver obras, leer, ser perfeccionistas, no tener miedo a cuestionar, reflexionar y llenarse de experiencias.
****Esta nota forma parte del proyecto «Reconociendo a los Artistas de la Región de Los Lagos» ejecutado por @revistayapuertovaras y financiado por el Ministerio de las Culturas, el Arte y el Patrimonio a través de la Seremía Regional.