“Siempre educada, distinguida e impecable” es cómo la describen algunas de las residentes compañeras de Gerda Kretschmar Siebert, o Gerda de Wetzel como se presenta ella, Madre, suegra, Oma, Omi y TataraOmi, quien hoy cumple 100 años de vida.
Gerda nació un 11 de marzo de 1922, en la ciudad de Llanquihue. Es hija única del matrimonio entre Enrique Kretschmar y Albina Siebert.
Estudió en el Colegio Inmaculada Concepción de Puerto Varas.
En el año 1929 falleció su Padre Enrique y luego de un año de viudez, su Madre se volvió a casar con Reinaldo Wetzel, Padre de su futuro marido con quién vivió en Llanquihue.
Es en esta época y lugar, donde se enamora de Egon Wetzel, hijo de su padrastro, y se casan el 07 de junio de 1941, a los 19 años. Juntos, se van a vivir al campo, en Punta Larga. De ese matrimonio nacen sus hijas Ellen y Harriet. Unos años después los padres de cada uno se van a vivir a Punta Larga con ellos.
Gerda, recuerda sus años en el campo, ella describe “en el campo hay hartas cosas que hacer, las flores en el parque, cuidar las gallinas, criar animales y patos” Ella se preocupaba de las labores del hogar en un principio, mientras su marido, quien era agricultor, lechaba las vacas.
La familia cuenta que, durante esos años, apareció la faceta de comerciante de la Omi, ya que vendía de todo: cerezas, manzanas, plantas, todo lo que se le ocurría, “papas, trigo y verduras” menciona Gerda.
Pero Gerda tenía un panorama especial, ella nos cuenta que “jugaba al naipe con las vecinas una vez a la semana, con once incluida, y a cada una le tocaba preparar la once” y ser el punto de encuentro.
“me gustaba salir con mi marido a las invitaciones de cumpleaños, casamientos, invitar a los vecinos, salir a Santiago o a fiestas en frutillar (…) también me gustaba tocar piano y pintar cuadros a las monjitas de puerto varas”.
Vivieron en el campo hasta 1979, año en que se fueron a vivir a un departamento en Frutillar. Aquí la familia tiene muchos recuerdos: navidades, almuerzos, onces, playa, un sinfín de historias, especialmente los nietos. Y no olvidemos los juegos de naipes que eran obligatorios después de almorzar, después de la siesta, antes de acostarse o antes de volver a casa. Siempre había que jugar y con sus reglas, que siempre las cambiaba, con su frase “ya pue, te toca”, porque no daba mucho tiempo al oponente para pensar la jugada.
Le preguntamos a Gerda: ¿y los nietos?
“me gustan los nietos y a veces tirarle las orejas”
Estuvo casada más de 50 años con Egon, su “choli”, con quien viajó en variadas ocasiones: los dos o con amigos, en su camioneta Chevrolet, adaptada como una casa rodante. Fueron a Isla de Pascua, Argentina, al sur, al norte, a visitar a sus compadres Carlos e Hilda en Santiago.
En 1993 enviudó y vivió de forma independiente hasta el año 2009. Durante esos años siguió disfrutando de la vida, viajando con su nieto Patricio, con su comadre Käthe. También viajaba sola, sin falta cada año, a las termas de San José de la Mariquina para su cumpleaños. Iba a Santiago a hacer compras y otras veces tomaba el bus a Bariloche, olvidando avisarles a sus hijas, las que se asustaban porque no la encontraban en el departamento y no se sabían dónde estaba. Esto se calmaba cuando volvía del viaje y llamaba diciendo “llegué”
Y su familia creció. Sus hijas se casaron y tuvo a sus nietos. Se sumaron los maridos y señoras de ellos y hoy tiene 13 bisnietos. El 2021 a su primera tataranieta, Sofía; y en camino el segundo, llamado Max.
Treinta personas que forman parte de su gran familia Wetzel – Kretschmar.
El año 2009 llegó al Eleam Vista Hermosa de Llanquihue, lo que tenía presupuestado hacer cuando enviudara. Lo pasó tan bien por tantos años, que siempre aplazaba 5 años más su llegada a esta residencia. Al comienzo le fue difícil adaptarse, y por lo mismo llegó un angelito a acompañarla, la querida Ángela, quien la ha amado y cuidado con mucho cariño por 7 años. Y con quien también juega naipes hasta el día de hoy. “Mil gracias Ángela por tu amor, entrega y fidelidad en todos estos años. La Omi está hoy así de bien, activa y bonita, gracias a ti.” Menciona la familia.
Hoy Gerda a sus largos años, se dedica a realizar distintas actividades que proporciona el ELEAM vista Hermosa de Llanquihue, a cargo de distintos profesionales a cargo, entre otros intereses personales como describen sus compañeros “salir al jardín, mirar el paisaje y las plantas “ver el volcán”” lucir distintos accesorios” entre otros.
La familia le deja un hermoso mensaje: Querida Omi, en estos 100 años has vivido muuuuuchas cosas: alegrías, penas, nacimientos, matrimonios, funerales, cumpleaños, viajes, caídas, sorderas, amistades, y mil cosas más que sólo tu sabes. Agradecemos a Dios que aun nos acompañes y que seas parte de nuestras historias de vida, de 30 historias de vida diferentes.
¡¡¡TE QUEREMOS MUCHO!!!
¡¡¡FELICES 100!!!
La editorial de Revista Ya Puerto Varas saluda muy cordialmente a la Omi y le desea un feliz centenario!