Patrimonio Intangible y Comunidad

Por: Víctor González Frías

www.librosmackay.cl     / IG @libreriamackay

“No vi nada, sino el mundo. Nada me pasó, sino la vida”

Augusto D’Halmar

 

El concepto de patrimonio cultural, ha sufrido profundas transformaciones con el tiempo, la propia UNESCO ha cambiado su conceptualización y los instrumentos teóricos que permiten su rescate y protección. Sabemos que el patrimonio de una comunidad no se limita a colecciones de objetos, viviendas o monumentos; sino que y más importante comprende todas aquellas manifestaciones y tradiciones que hemos recibido como herencia de nuestros antepasados, toda esta  inmensa  ritualidad, el conocimiento, las artes, los actos festivos, religiosidades, acervos culinarios, los saberes y expresiones orales constituyen ese acervo llamado “patrimonio intangible”, huella efímera y expresión identitaria de una comunidad.

La comuna de Puerto Varas fundada a fines de 1852, ha intentado encontrar en su travesía histórica los elementos que la definan culturalmente, casi siempre mirando los designios de la capital o la percepción de una Europa que nos queda distante y descontextualizada.

Si dejáramos de encandilarnos con aquello que está fuera de nuestro ADN, podríamos reconciliarnos con esa imagen honesta y bella que integra los elementos de influencia Chilote-Huilliche que se suman al evidente aporte germano europeo, fruto de la colonización del sur de Chile a fines del siglo XIX. Al caminar por las calles de la ciudad no sólo nos vemos insertos en un entorno natural privilegiado, con vestigios arquitectónicos que recogen la madera y las tejuelas de nuestros bosques nativos que supieron abrigar nuestras formas de vida, nuestro patrimonio culinario, nuestros relatos y nuestra memoria familiar. Detrás de la parroquia, del pedraplén, de nuestras viviendas, parques y hospitales, se encuentra el esfuerzo de hombres y mujeres que asumieron el compromiso, en un generoso sentido de comunidad, de gestionar cada uno en sus ámbitos el sueño de una ciudad al borde de un lago escondido.

Sabemos que en los últimos dos años más de 17.000 personas han llegado a la comuna, cada uno con sus motivos y viajes personales, aquí encontraran como muchos de nosotros una comunidad con una tremenda historia patrimonial, también la invitación abierta al conocer, investigar, leer a nuestros poetas y escritores y por sobre todo a mirar con respeto y valoración ese legado que escogimos para nuestra vida, porque el patrimonio cultural inmaterial está basado en  las interacciones sociales y sólo puede ser reconocido si las comunidades y los individuos lo mantienen y transmiten, es allí donde radica su potencia e importancia.