@katyvisita
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Creo que somos muchos quienes tenemos algún sueño o meta por cumplir y que se ha visto postergada por diferentes motivos. Pero este verano con mucha emoción y orgullo puedo decir que cumplí uno de ellos: realizar el trekking Mirador Base Torres, en la Patagonia Chilena.
Algo de historia: en octubre de 2018 visité Puerto Natales y el Parque Torres del Paine, y uno de los imperdibles es el trekking Mirador Base Torres que estaba en mi itinerario de viaje. Al comienzo todo bien, pero durante el trayecto me di cuenta de que mi ritmo de caminata era más lento que el resto, ya estaba cansada y tampoco quería retrasar al resto del grupo, por lo que continué hasta mi objetivo en esa oportunidad, el refugio El Chileno.
Entonces este trekking quedó como un sueño más en mi lista de pendientes por cumplir, y que otra sería la ocasión para visitar el Mirador Base Torres.
A finales del año pasado decidí que sería el momento de regresar a Puerto Natales y al Parque Torres del Paine para realizar este recorrido, pero no solo hacer Mirador Base Torres, sino que hacer el circuito W, una locura.
Ya habían transcurridos dos años desde que tenía este sueño pendiente y no quería dejarlo para después o más adelante. Después llegó el Covid y sinceramente no quería esperar más.
Antes del viaje me preparé física y mentalmente, para alcanzar este sueño aunque exigía un gran desafío físico, para mí, y teniendo presente los protocolos respectivos.
Todo fluyó increíblemente, llegó el momento del viaje, y comenzar esta aventura del circuito W, en nuestra maravillosa Patagonia Chilena. Partiendo por este gran sueño para mí: realizar el trekking a Base Torres, que fue difícil pero cuando pasé más allá del refugio donde llegué la primera vez, me sentí feliz pero aún más cuando llegué al Mirador, solo quería llorar de emoción por llegar y por la vista increíble del lugar. Aún recuerdo el abrazo de unos de los integrantes del grupo, al que previamente le comenté lo importante que era para mí llegar a ese punto. Muchas fotos y videos después había que regresar.
Los días siguientes del circuito W era de mucho caminar, pero al observar los maravillosos paisajes, el cansancio y dolor de piernas pasaba a segundo plano, pero en ciertas ocasiones y sobre todo donde la ruta era muy inclinada me decía mí misma la razón por la que había venido y cometido semejante locura, pero a los minutos después el paisaje y saber que era mi sueño y que nadie puede vivirlo por mí, me animaba a continuar. Cada día al llegar al campamento con los pies un poco hinchados, era un sueño tachado de mis pendientes.
Finalmente, después de caminar durante 4 días y llegar al refugio Lago Grey y decir: sueño cumplido y meta lograda, a pesar de que llegue muy mojada, porque durante la caminata el viento, la lluvia, la nieve y algunos rayos del sol fueron parte del trayecto, fue una satisfacción, emoción y felicidad máxima.
No puedo dejar de escribir esta columna sin destacar al grupo humano de viajeros, guías y a andariego viajes, que hizo que esta aventura fuera aún más increíble de lo que había imaginado. Creo que existen diferentes tipos de sueños, algunos grandes, otros pequeños que se cumplirán y otros que se quedarán en nuestra mente, pero cada vez que pensamos en ellos nos proporcionan un grado de alegría. Lo que me queda claro es que de nosotros depende intentar y trabajar para que alcancemos nuestros sueños, porque nadie puede vivir esa experiencia por nosotros.