Reflexiones del Puertovarino a Pie en Invierno

Texto por: Sebastián Schirmer Lecaros  / Ilustración: Andrés Zurita Quintana 

Escribo esto en pleno solsticio de invierno, cuando el sol muere y mañana vuelve a nacer, con más fuerza y brillo. Es una hermosa analogía de la vida, donde morimos y volvemos a nacer cada día. De ello se desprende que cada día volvemos a aprender, a crear y a valorar lo que tenemos, dado que cada día es un último día a la vez que un primer día. Siguiendo esta línea cada día trato de vivirlo con la filosofía de quizás no haya un mañana, aunque mi procrastinación lucha arduamente en contra de eso.

Por eso me fijo pequeñas metas diarias, tareas que pueda emprender y terminar en un trecho relativamente corto. Así cada día creo o hago algo que, de lo contrario, dormiría en los eternos renglones del «algún día lo retomare». Por esta economía de acciones que me permitan superar mi propia procrastinación y sortear lluvias torrenciales (una de las desventajas de andar a pie), he logrado encontrar algunos atajos en el quehacer diario tanto físicos como mentales.

En los primeros destaco que, si uno va a Puerto Montt, salvo que vayas a alguna terraza, andar en micro es más cómodo y barato incluso que andar en auto. Y si vas en micro al centro de Puerto Montt desde Puerto Varas es más rápido bajarse en el terminal de buses e irse por la costanera que bajarse en Benavente. En el caso de los segundos atajos, a su vez los divido en dos: actitud y perspicacia.

La primera se da en predisponerse a lo que viene, si tengo que ir al banco, SII, notario u otro tramite que siempre, pero siempre, dura eternidades, tomarse todo el tiempo. En otras palabras, pensar en el peor caso, que un 95% de las veces será así. Horas de espera (número 40, van en el 3 y son las 11:00) y hacer durante esa espera esas cosas que has pateado, como leer el artículo sobre la reproducción de las amebas o ver los videos que envía la tía que descubrió el reenvío en WhatsApp.

Sobre la perspicacia está el usar las herramientas y los tiempos bien, caminar unos pasos más y cruzar por el paso de cebra (los pocos y mal pintados que hay en Puerto Varas) ahorra tiempo versus esperar a cruzar a la mala las calles atestadas de autos (ya no es como antes). Cosas simples como sacar múltiples números porque no ha llegado la otra persona hace perder minutos al resto, apretar todos los botones para llamar al ascensor no hace que baje más rápido, todo lo contrario, cofunde al programa que optimiza su uso. En general respetar las reglas y usarlas bien hace que las cosas fluyan mejor, ese intento de «chispeza» interno chileno hace que, por una ganada a corto plazo, perdamos a largo plazo (véase toda la economía y leyes).