¿Regresamos constantemente? Recuerdo cosas que no he vivido

Por: Agustín Oyarzún Velásquez, Profesor de Lenguaje y Comunicación /Investigador Paranormal – IG @paranormal_austral

Hace unos años me escribió una señora contándome sobre algo que no lograba explicarse: sentía un gran temor a los nazis, pese a nunca haber vivido ni remotamente cerca el conflicto. Sumado a eso, decía conocer muy bien un pueblo que jamás había visitado, pero del que era capaz de mencionar las calles sin equivocarse, incluso reconocer ciertas casas. ¿Cómo alguien puede llegar a conocer un sitio en el que nunca ha estado y sentir pánico de algo que no experimentó? Veamos otro caso.

Shanti Devi (1926-1987) nació en Dehli, India, en el seno de una familia acomodada. Al cumplir cuatro años comenzó a hablar sobre algo que, para sus padres, no tenía sentido: decía que su verdadera casa estaba en Mathura, a 145 km de su actual hogar, en donde vivía con su marido. Sin embargo, no le prestaron mayor atención. Más tarde, al cumplir seis años intentó viajar al lugar del cual ella decía venir, sin éxito. Posteriormente declaró en su escuela que se encontraba casada con un comerciante llamado Kedar Nath, y que en su vida anterior – donde se llamaba Lugdi Devi – falleció diez días después de dar a luz. El director de su colegio logró dar con el comerciante, quien viajó a conocer a Shanti. Esta lo reconoció inmediatamente, y le reveló detalles que solo podía conocer su difunta esposa.

Este caso llamó tanto la atención que Mahatma Ghandi estableció una comisión investigadora del caso, quienes viajaron con Shanti a su “natal pueblo”. Increíblemente pudo llegar a la casa sin problemas ni ayuda de nadie, siendo capaz incluso de reconocer a vecinos y familiares. ¿Cómo fue posible?

Muchas personas creen que cuando somos niños poseemos la capacidad de percibir cosas que los adultos no, y del mismo modo, recordar situaciones del pasado. Sí, de una vida anterior. El caso recién mencionado es uno de los más conocidos en el ámbito de la reencarnación, aunque existen muchos otros más. Acá la ciencia no ha podido demostrar o explicar cabalmente a qué se debe esto, cómo es posible que un niño “recuerde” cosas ajenas a él. Debido a este tipo de situaciones, se han realizado diversos estudios, múltiples entrevistas y se ha verificado en terreno la contado por los reencarnados. Podríamos señalar que la evidencia es concluyente: gran parte de lo manifestado por los menores es acertado, pero, no existe una forma racional de explicar la situación.

Diferentes culturas en todo el mundo creen en la reencarnación, en que el cuerpo humano no es más que una especie de recipiente de nuestra esencia, que ha venido a este mundo a aprender para conseguir su posterior ascensión, y por ello, debe vivir diferentes vidas, de las cuales debe obtener una enseñanza. Bajo esta lógica, usted y yo, estimado lector, pudimos habernos conocido en alguna vida anterior; puede que ya haya compartido con la gente que considera sus amigos actualmente, porque hay quienes apuntan a que siempre nos reencontramos con las mismas personas a lo largo de nuestras diferentes encarnaciones. Pero reencarnar tiene su “lado negativo”: el karma.

Según como obremos en una vida, nos irá mejor o peor en la siguiente. Es bastante común escuchar decir que alguien “está pagando su karma” cuando actuó mal y está “sufriendo las consecuencias» – toda acción tiene su consecuencia –. La idea, es aprender de los errores e ir mejorando constantemente hasta conseguir la ascensión.

Muy a pesar de todo, no se ha logrado demostrar que la reencarnación, y por extensión las vidas pasadas, sea real, aunque tampoco puede demostrarse lo contrario. Si bien existe evidencia, esta no es suficiente y la incapacidad y desconocimiento para replicarlo – ya que se puede reencarnar en otro punto geográfico distinto – lo hace complicado, sin embargo, los testimonios sobre vidas pasadas suelen ser precisos. Aunque existen casos y casos, algunos de ellos contaminados por los medios de comunicación, conversaciones o acceso a información que llega a hacer creer a la persona que es un reencarnado.

Piénselo, reflexione. Hay quienes se explican las fobias apuntándolas como la causa de muerte de la persona en su vida pasada, o un evento traumático relacionado con lo mismo.