Santiaguina perdida en el sur

Memorias de una santiaguina viviendo en el sur de Chile….   / IG @santiaguina_perdida_en_el_sur

Nunca he entendido porque cuando uno tiene un plan bien estructurado y quiere ser responsable, cumplidora y ser una excelente trabajadora… siempre algo sale mal. Ya estamos en mayo y obviamente las niñas ya nos han pegado 3 o 4 veces – ya no lo recuerdo – los bichos que traen tan amablemente del cole y el jardín, pero a diferencia de ellas, uno queda tirado en el sofá haciéndose bolita, después de haber hecho todo, eso sí.

Aunque hay que ser sinceras, no es lo mismo que se resfríe mamá a que se resfrié papá. No es por pelar ni entrar en zona roja – sobre todo porque viene nuestro día – pero hay que ser honestas porque cuando nosotras nos enfermamos tenemos que seguir con todo el trajín de la casa, el trabajo, la familia y extras y dejar el «me siento mal «para el final.

Yo recuerdo haber conocido a un chico que comenzaba a encargar a su hijo a su mejor amigo cada vez que se enfermaba y era solo un resfrío común.  Yo siento que cuando me resfrío ellas huelen el miedo y se portan de lo peor a sabiendas que uno anda arrastrando el «puerco», porque con estos fríos y la lluvia sureña, la ansiedad y los resfríos uno le manda lo que encuentra en el refri.

¿Porque les cuento esto? Porque este escrito debí entregarlo hace rato, pero las niñas no tuvieron cole, se enfermaron, se cortó el agua, se desvelaron y anduvieron como chicles llorones hasta ayer y hoy recién las pude ir a dejar al cole y pude sentarme con juicio a escribir esto mientras voy en el bus. Típica vida normal de madres, solucionar todo cuando hay problemas.