Santiaguina perdida en el Sur de Chile

Memorias de una santiaguina viviendo en el sur de Chile….   / IG @santiaguina_perdida_en_el_sur

Y ya estamos en diciembre y siento que fue ayer que escribí sobre el humo de las parrillas. Luego de eso, vienen unos meses que adornan el calendario y llega diciembre. Hay que asumir que después de septiembre, el año se desgrana rápidamente y ya hay que estar pensando en los regalos, graduaciones, matrículas y etc.

Siempre he sentido que este es el mes más estresante y eso era antes de ser mamá… ahora siento que es un mes cargado al cortisol, cuotas, graduaciones, regalos, fiestas, cenas. Reuniones de padres donde se llegan a acuerdos que jamás se cumplen… o la típica entrega de regalo en las empresas.

Creo que de las pocas cosas entretenidas que tiene Santiago, es que tiene más onda navideña, villancicos, decoraciones, vitrinas con nieve en verano… y todo es onda navideña. Acá poco se nota hasta que está encima, pero con el clima esquizofrénico que tenemos estos últimos días, definitivamente encaja el caballero de barba blanca con su abrigo. Las niñas desde hace rato que tienen una lista gigante de regalos y recalcando que se portan “muy bien” … mientras yo ya estoy echándole agua al lava losa.

Pero como cada año, haré mi lista de deseos para el próximo año y quemaré la anterior, que cumplí con suerte con una… pero la esperanza es lo último que se pierde, igual; siento que este año me la pasé peleando con las ovejas, los gatos, los patos, esperando aun tener más tiempo para mí, entre las niñas, la casa y otros. Lo bueno, es que mi sureño aun nos aguanta y nos ama.

Como todos los años, probaré alguna receta nueva para navidad y año nuevo; que las niñas criticarán porque se creen mini criticas gastronómicas… que no comen cebolla. Esperaré que este año no llueva ni haga frio para las fiestas (algo difícil acá en el sur).

En fin, les deseo lo mejor para navidad y que tengan un hermoso fin y comienzo de año; ¡Que la dopamina nunca falte en sus vidas!