Memorias de una santiaguina viviendo en el sur de Chile…. / IG @santiaguina_perdida_en_el_sur
Enero es eterno como una caminata en el desierto mas árido, con la esperanza vana que llegará marzo al final, porque aún quedan tantos días y recién llevamos 20 .
Cuantas mamás ya están colapsadas de oír “Mamá “cada 5 minutos, “tengo hambre» cada media hora y el «¿qué hago ahora?»
Se hace difícil comenzar el día y saber que todas esas preguntas y palabras se repetirán al siguiente día como un coro sin parar y que aún quedan tantas horas, minutos y segundos…
Por acá, hay que cuidar a las ovejas rebeldes, a las gallinas huelguitas, a mis gatos espías, al polli mamon, a la perrita juguetona y a dos locas…
Pero creo que de repente todo se conjuga para que a una le dé un ataque y quiera tomar el primer cohete a la luna …
Las ovejas confabulan ideas macabras para comerse todo el huerto hasta la raíz, las gallinas están en huelga y no han puesto huevos y si los ponen; los esconden muy bien de nosotros, pero no del zorro. Los gatos luchan por entrar y robarse algo de la cocina, la perra que corretea a lo que pase, pero existe un ser inocente y tierno que se porta muy bien y ese es “polli”, nuestro gallito rescatado y criado de pollito en la casa. Se come todas las miguitas del piso, come
mosquitas, gusanitos, es un hijo muy autosuficiente y ya está pasando a la etapa de convivir con otros pollitos, un ejemplo de hijo.
Debo decir que agradezco los días calurosos, soy team calor a mucha honra ya que paso más del 95% del año con frio acá en el sur. Disfruto los rayos de calor sofocantes que queman mi piel, que la doran o la despellejan, ya que luego añoro esos rayitos en Julio. Amo el calor de este hermoso verano, aunque ocupe un kilo de bloqueador en las niñas, porque sé que pronto volverá el doble pantalón y el frio polar… y así sigo esperando día tras día, ya que sé que al final del camino llegará Marzo.