Por: Agustín Oyarzún Velásquez, Profesor de Lenguaje y Comunicación /Investigador Paranormal – IG @paranormal_austral
Alguna vez todos hemos experimentado la sensación de saber con anticipación lo que va a suceder, porque se nos ha develado mediante un sueño. Muchos de estos, cabe mencionar, son interpretativos, pocas veces son realmente claros y precisos, pero sí, existen ocasiones donde se nos “revelan” cosas de forma onírica.
Soñar con dinero, animales o familiares fallecidos cuentan dentro de las experiencias más recurrentes en estas situaciones. Como mencioné, esto es interpretativo, y no representa necesariamente que ocurra tal cual, por ejemplo: soñar con dinero no augura tenerlo, al contrario, es símbolo de que este será escaso; soñar con un dolor de muelas vaticina la muerte de un familiar; soñar con excremento, extrañamente, parece ser una premonición de que obtendremos ganancias monetarias inesperadas. Pero, ¿realmente los sueños pueden ser premonitorios?
Desde tiempos remotos el ser humano ha querido conocer lo que el futuro le depara, y para ello se valía de la interpretación de diferentes signos y/o símbolos, consultaba oráculos e inclusive el cielo nocturno, cualquier cosa que le entregara un atisbo de lo que acontecería respecto a sus decisiones. En el ámbito de los sueños, estos fungen de manera similar: ciertamente, muchas personas anhelan que la respuesta aparezca mientras están dormidos, entendiendo esto como una señal divina o de alguna fuerza sobrenatural. Cualquier pista puede servir para ello cuando se ansía una solución. Sin embargo, tal anhelo puede derivar en un falso positivo: deseamos tanto una señal positiva que, sin quererlo, nuestro subconsciente crea una que nos satisfaga. Y he aquí el punto de los sueños premonitorios, desde el lado científico.
Realmente no podemos vaticinar el futuro – y aunque pudiéramos, aún no sabemos cómo hacerlo – pero sí podemos analizar diferentes variantes que nos rodean en nuestro día a día. Recordemos que de manera casi inconsciente absorbemos y almacenamos información sin quererlo, nos enteramos de cosas o escuchamos ciertas palabras o conceptos que nos quedan dando vueltas, y es cuando estamos dormidos, que esto comienza a hacer sentido. Mientras descansamos, nuestro cerebro se encuentra ordenando y procesando la información recolectada durante el día, y cualquier cosa que resulte fuera de lo común en lo que refiere a nuestra rutina, se torna llamativa; del mismo modo, la reiteración de ciertos patrones – números, colores, nombres, etc. – también se vuelven dignos de atención.
De esta manera, se van elucubrando y ordenando las cosas vistas durante el día, lo que lleva a que se creen escenarios hipotéticos donde estos datos se entremezclan y adquieren sentido, lo que finalmente, se transforma en un sueño premonitorio, por ejemplo: nos encontramos angustiados frente a una decisión importante y no sabemos cómo actuar al respecto. Durante nuestra jornada, escuchamos ciertas palabras o frases que se graban inconscientemente en nosotros, como “mala decisión”, “incorrecto”, “no lo hagas”, etc., – esto a modo de ejemplo únicamente – y mientras estamos dormidos, salen a flote. El resultado, un sueño en donde alguien nos advierte de “una mala decisión”, o que “no hagamos aquello en lo que estamos pensando”, y al despertar, tenemos la tan ansiada respuesta; el cerebro crea conexiones, constantemente se alimenta de información, aunque no nos percatemos. Más que una premonición, es una anticipación, derivada de la capacidad diagnóstica de nuestro cerebro.
Ahora bien, ¿por qué soñamos ciertas cosas que parecen no tener relación entre sí? Por ejemplo, soñar con perder una pieza dental o un dolor de muelas augura la muerte de un familiar – en mi caso particular, puedo dar fe de ello – y esto se debe a que estamos perdiendo algo de nosotros, en este caso de nuestra familia. Contra más fuerte sea el dolor, más cercana la pérdida; soñar con tener mucho dinero en realidad es una advertencia de cuidar lo que tenemos, monetariamente hablando, ya que nuestro cerebro nos advierte sobre un exceso de gastos que tenemos y que, obviamente, podríamos solventar si tuviéramos todo ese dinero. Sin embargo, ¿por qué hay sueños tan exactos que parecen replicarse tal cual en la realidad? La explicación podría ser una gran capacidad de almacenamiento y análisis del entorno por parte de la persona que logra recrear a la perfección el escenario oníricamente, aun así, no tenga ningún tipo de relación directa con él. Las señales están ahí, solo debemos estar atentos.