Camila y Vannesa son hermanas. La mayor y la menor de 4 mujeres, ambas Trabajadoras sociales de profesión, quienes con el afán de evadir la pandemia, llegaron a vivir a Puerto Varas.
Camila tomó literalmente una maleta con ropa para dos semanas, mientras se suponía “pasaba todo esto”, con dos hijos pequeños, la vida la obligaba a tomar la decisión de radicarse en esta zona o volver a Curacavi, donde el panorama no era muy alentador, por lo que decidió asentarse en la ciudad de las rosas.
En paralelo, su hermana Vanesa – que trabajaba en un Liceo público – decidió también dar una vuelta de timón y emprendió rumbo al sur.
Hoy, después de un año lejos de Curacaví y de estar a full con la maternidad y la familia, con proyectos profesionales y personales; es que estas hermanas decidieron emprender con algo que las acercara a su tierra de origen y les permitiera mantener vivo sus contactos. Existieron muchas ideas y una de ellas, tuvo que ver con acercar sus típicos dulces chilenos al sur: “Mezclar la dulzura de nuestro pueblo y traerlos a la mesa de los hogares sureños, esos hogares donde el fuego, el mate y las reuniones alrededor de la cocina suelen ser una cosa del día a día…”, comentan.

Curacaví, tiene en un sinfín de Fábricas de dulces, por lo que se hacía difícil escoger y buscar la mejor, la que a pesar de la distancia presentara un producto fresco y artesanal, ese que solo puede ser elaborado por manos con historia y experiencia.
Fue así que encontraron Doña Isabel y Dulces Sandy (y en donde coincidentemente ambos dueños son hermanos!) y partieron con su idea.
“Al inicio traíamos temerosamente pocas cantidades, ya que, a pesar de ser esta zona, un lugar donde se consume mucho dulce, muchos consumían tortas o kuchenes, pero Dulces chilenos, la gran mayoría lo desconocía o tenían una mala idea de lo que era el producto. En un principio traíamos los más tradicionales (alfajor, chileno, empolvado, etc) y hoy hemos aumentado la variedad y hasta tenemos empanadas de pera y una línea de dulces sin azúcar y sin lactosa” nos cuentan.
Camila y Vannesa se sienten orgullosas de poder compartir algo tan tradicional de sus tierras en la zona, cuentan con precios accesibles y hasta entregas a domicilio: “Nuestro sueño sin duda, es llegar a la mayor cantidad de mesas, y poner a nuestra comuna como tema de conversación familiar, quizás que la gente intente ir, conocer. Pues muchos nunca habían oído hablar de ella; mientras que a otros que son de Santitago o de las cercanías, les hemos traído recuerdos de infancia y remontado a esa etapa dulce de su vida.”
Este año sin duda, ha sido un año de replanteos y de cambios significativos para ambas, pero siempre se lo han tomado con optimismo y convencidas de que cada día, es un día menos para que todos volvamos a retomar nuestras vidas y podamos movernos con mayor libertad.
Vale destacar que el emprendimiento ha sido muy bien recibido: “Queremos destacar la buena onda de la gente, nos han tirado buena vibra y se han mostrado satisfechos con lo que les hemos ofrecido.”
Instagram @tudulceculpa
Whatsapp 9-42096028 /9-68762709